Pasadas las elecciones presidenciales hemos observado como muchos lloran sobre lo que pasó. No tenemos dudas que los mayores culpables de ello han sido los que se creían los “nuevos ricos” de Chile. Los que administraron el modelo neoliberal mejor que cualquiera de los expertos que existen (lamentablemente muchos), en nuestro país. Ahora van a trabajar y seguramente van a pretender poner a las organizaciones sociales y sindicales nuevamente a la cabeza de las protestas contra el gobierno de turno (ahora de derecha). Vamos a tener que recordar cuanto hicieron los dirigentes sindicales y sus organizaciones en contra de la dictadura y luego nos ignoraron y hasta nos negaron, quienes asumieron el poder político. Vamos a ver a los que no fueron capaces de reconocer nunca la lucha que dieron los trabajadores (as), para la reconquista de la democracia, una democracia todavía tutelada por Pinochet desde la tumba, pues no fueron capaces de cambiar la Constitución Política que nos dejó. Vamos a ver que hacen aquellos que nos discriminaron, que nos excluyeron; aquellos que cuando llegaron a La Moneda nos deconocieron, nos quitaron el saludo, que no fueron capaces de tener un gesto amable con los representantes auténticos de los trabajadores (as); aquellos que nos miraron durante los casi 20 años, con desprecio a quienes fueron críticos pero leales, para hacerles entender que iban por el camino errado. “Vamos a ver que harán frente a un gobierno que ya se ha pronunciado abiertamente contra las organizaciones sindicales y los representantes de los trabajadores (as)”.
LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO.
A pesar de los cuestionamientos que hemos realizado durante años a ésta repartición, hoy con la llegada de este nuevo gobierno, nos preocupa profundamente lo que será el trabajo de la nueva dirección que tendrá esta repartición dependiente del Ministerio del Trabajo. Reconocemos a muchos de sus funcionarios, que han sido muy leales con el movimiento sindical, como también existían de los otros. Este es un organismo en el que encontrábamos siempre un refugio cercano para la solución de nuestros problemas como organizaciones sindicales, que no son pocos. Será obligación nuestra estar atentos también, a éstos cambios.
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